viernes, 16 de marzo de 2012

La función del poeta y la poesía


En la obra de Luis Cernuda el poeta despempeña una función de acuerdo con la tradición romántica: es un ser solitario dotado de un don sobrenatural que le permite ver y expresar lo que otros no pueden. En esta línea, Cernuda se nos presenta como un integrante de una tradición que arranca con los románticos, sobre todo con los alemanes como Hölderlin, Novalis o Heine y que en España representa la figura de Gustavo Adolfo Bécquer.
El poeta es un "elegido", bien sea por Dios o por el demonio. Es un ser maldito, marginado por la sociedad, hecho del que deriva su soledad total. En el caso de Cernuda, esa condición de maldito viene reforzada por su forma distinta de entender el amor. Su homosexualidad choca frontalmente con los usos y las normas propias de la sociedad burguesa a la que pertenece y en la que vive. Como consecuencia del sentimiento de la diferencia, la actitud del poeta sevillano frente al mundo se definirá por la rebeldía y por el sentimiento de frustración provocado por el choque constante entre la realidad que vive y el deseo de vivir, de amar, de forma diferente.

La función de la poesía es expresar sensaciones expresables solamente en forma poética, sensaciones cuya formulación en palabras no pueda lograrse sino líricamente. Cernuda posee un instinto que le apunta cuáles son las sensaciones susceptibles de ser llevadas al poema y cuáles deben permanecer extramuros. No todas son transmutables en poesía, según él la entiende.

No hay comentarios:

Publicar un comentario