viernes, 16 de marzo de 2012

Cernuda y la Generación del 27



El grupo lo forman Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Luis Cernuda y Rafael Alberti. Algunos críticos incluyen también a los malagueños Emilio Prados y Manuel Altolaguirre


Características: 
  • Todos nacen en un período menor a 15 años: desde 1891 (Salinas) a 1905 (Altolaguirre). Luis Cernuda nace en el 1902 siendo por lo tanto de los más jovenes del grupo.
  • Formación intelectual semejante: la mayoría son universitarios, algunos como Cernuda llegan a ser profesores.
  • El acontecimiento generacional que les une fue la celebración del tricentenario de la muerte de Góngora, con unos actos de reivindicación del poeta cordobés. Se oponen a los que no reconocían el talento de Góngora (actos contra la Academia). Celebran un homenaje en el ateneo sevillano, invitados por Ignacio Sánchez Mejías. A este acto Cernuda solo pudo asistir como público ya que no fue invitado como tal (de ahí que nuestro autor no aparezca en la foto de grupo hecha en ese evento ni en las posteriores caricaturas de la misma), hecho que produjo en el un gran descontento. Colaboran en las mismas revistas (Revista de Occidente, Litoral). De 1920 a 1936 sus vidas están muy unidas.
  • No se alzan contra nada.
  • No existe un único estilo; eso sí, en todos se ve el deseo de renovar el lenguaje poético y a veces coinciden en su trayectoria, aunque cada uno mantiene un estilo muy personal. Para todos la poesía es algo muy serio, que hay que trabajar bien, buscando siempre la perfección formal y conceptual. Por eso Góngora es el modelo común.
  • Juan Ramón Jiménez les enseñó el ideal de pureza poética, de deshumanización. Cuando estos autores comienzan a “rehumanizarse”, comienzan también a separarse de Juan Ramón.
  • Del Ultraísmo tomarán los siguientes rasgos:
  • El deseo de incorporar a la poesía lírica el mundo moderno y urbano (la velocidad, las máquinas, el progreso).
  • Prescindir de elementos narrativos y sentimentales.
  • La metáfora como soporte del poema.
  • Ennoblecimiento del humor.
  • El Surrealismo les aporta los siguientes aspectos:
  • La rehumanización de la literatura: es un rasgo de Un río, un amor, libro que refleja la adhesión de Cernuda al Surrealismo.
  • La invitación a la libertad imaginativa.
  • La preocupación por el hombre y las agresiones que recibe de la sociedad: palpable en Los placeres prohibidos, donde Cernuda se rebela con la abierta reivindicación de la homosexualidad.

Estas características son prácticamente en su totalidad aplicables en mayor o menor medida a Luis Cernuda, como en algunas de ellas es indicado. A continuación se establece una relación más profunda entre las características del grupo y nuestro autor en su evolución:

  • Hasta 1927: Poesía pura.

Influjo de Bécquer y del Modernismo. La influencia del los movimientos de vanguardia se refleja en el uso de la metáfora y el humor, y en los temas como las máquinas, el progreso, el mundo moderno y urbano, etc... A la vez y, por influjo de Juan Ramón, se orientan hacia la "poesía pura": "Poesía pura es todo lo que permanece en el poema después de haber eliminado de él todo lo que no es poesía" (Guillén). Se depura el poema de todo lo anecdótico, de toda emoción que no sea puramente artística. Esta poesía es bastante hermética y fría.
La sed de perfección formal los lleva al clasicismo, sobre todo de 1925 al 27. Incluso podemos hablar de una fase "gongorina".
Las obras correspondientes de Luis Cernuda a esta etapa son: Perfil del aire (1927) y Égloga, Elegía, Oda (1927-1928).
La temática urbana adoptada de la vanguardia es apreciable en Perfil del aire, donde Cernuda descubre la belleza del mundo. Aparece entonces una consideración de los objetos mecánicos como temas poéticos que está en Salinas (Ángel del Río lo ha señalado en su estudio Vida y Obra de P. S.), está en Guillén (recuérdese, por ejemplo, la décima al radiador, ruiseñor del invierno) y está en el aire de la época.
En el segundo libro de Cernuda, Égloga, Elegía, Oda, varía la forma, a consecuencia de la influencia clasicista propia de los poetas llamados de vanguardia, suscitado en parte por la conmemoración polémica del centenario de Góngora.
  • De 1927 a la Guerra Civil: Poesía impura.

Comienza a notarse cierto cansancio del puro formalismo. Se inicia un proceso de rehumanización debido a dos razones: el conocimiento, contacto y práctica del Surrealismo (radicalmente opuesto a la poesía pura) y la situación social y política de la España del momento que exigió a los artistas un compromiso claro con lo que estaba pasando.
Las obras de juventud de Cernuda se corresponde con esta etapa: primeramente, Un río, un amor y Los placeres prohibidos escritos entre 1929 y 1931. Estos dos libros tienen claras influencias surrealistas. Aun que su vena clasicista no congenia del todo bien con estas influencias, lo esencial de estes poemas es su espíritu de rebeldía contra el orden establecido. Donde habite el olvido (1934) es un libro romántico, en el que se aprecia la rehumanización impuesta en esta época. En Invocaciones (1934-1935) se celebran las glorias del mundo y exaltan la misión del poeta, nueva muestra de rehumanización.
  • Después de la guerra.

    Después de la Guerra Civil el Grupo del 27 se disgrega. Podemos agrupar a los poetas en dos sectores:


  • Aquellos que marcharon al exilio. En ellos será un tema común el “paraíso perdido”, es decir, el recuerdo, la nostalgia por lo que se ha perdido para siempre (España, los amigos, la juventud, etc...).

  • Aquellos que permanecieron en España (Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre). Entre estos se distinguen dos tendencias poéticas diferentes en este período: existencialismo y poesía social.
    Cernuda corresponde al grupo de los exiliados, su obra es claramente nostálgica. En Ocnos (1942) desahoga su obsesión por su "paraíso perdido": Sevilla.


  • Amistades y enemistades entre Cernuda y otros componentes de la Generación del 27:
Su relación con Juan Ramón Jiménez (no es miembro del grupo, pero es muy cercano a el) no fue buena debido a que el escritor lo atacó considerando Perfil del aire un libro demasiado influido por Jorge Guillén. Cernuda nunca se lo perdonó.

En su juventud mantuvo una muy buena relación con todos los componentes del grupo, especialmente con Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, al que, a causa de su injusta muerte, le dedicó una sentida elegía, y Pedro Salinas, quien lo ayudó con sus primeras publicaciones y más tarde le consiguió un lectorado de español en la Universidad de Toulouse. Ya en el exilio, esta buena relación se convirtió en odio, hasta el punto de que dedica algunas poesías a criticar a Pedro Salinas y Aleixandre.


Federico García Lorca, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre  




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